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Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud". Ecle.12:1.



domingo, 16 de mayo de 2010

Una Vida Con Proposito Dia IV


Dia IV
Creados para vivir por siempre


Dios... ha plantado eternidad
En el corazón de los hombres.
Eclesiastés 3:11 (BAD)

¡Seguramente Dios no hubiera creado un ser como el
hombre para que sólo existiera por un día!
No, no, el hombre fue creado para la inmortalidad,
Abraham Lincoln


Esta vida no lo es todo.
La vida aquí en la tierra es sólo el ensayo antes de la verdadera actuación. Estarás mucho más tiempo al otro lado de la muerte, en la eternidad, que aquí. La tierra es el escenario, la escuela primaria, el ensayo para tu vida en la eternidad. Los ejercicios, el entrenamiento antes del partido, el trote de calentamiento antes de que la carrera empiece. Esta vida es el preámbulo de la venidera.

En la tierra, como máximo, vivirás cien años; pero en la eternidad vivirás para siempre. Tu vida en la tierra es como dijera Sir Thomas Browne: “Sólo un pequeño paréntesis en la eternidad”. Fuiste creado para vivir por siempre.

La Biblia afirma: “Dios... ha plantado eternidad en el corazón de los hombres”. Tienes un instinto innato que anhela la inmortalidad. La razón de esto es que Dios te hizo a su imagen para vivir eternamente. Aunque sabemos que todos hemos de morir, la muerte siempre parece injusta e ilógica. ¡Pensamos que deberíamos vivir para siempre por la sencilla razón de que Dios ha implantado eso en
nuestros cerebros!

Tu corazón dejará de palpitar en algún momento. Eso determinará el fin de tu cuerpo y tus días en la tierra, pero no será el fin de tu ser. Tu cuerpo terrenal es una simple residencia temporal para tu espíritu. La Biblia llama al cuerpo terrenal una “tienda de campaña”, y a tu futuro cuerpo una “casa”. Las Escrituras dicen: “Si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas” .

La vida terrenal nos brinda muchas opciones, pero la eternidad sólo nos da dos: el cielo o el infierno. Tu relación con Dios en la tierra determinará el tipo de relación que tendrás con él en la eternidad. Si aprendes a amar y a confiar en Jesucristo, el Hijo de Dios, tendrás la invitación para estar toda la eternidad con Él. Por otro lado, si rechazas su amor, perdón y salvación, pasarás la eternidad apartado de dios para siempre.

C.S. Lewis dijo: “Hay dos tipos de personas: los que le dicen a Dios “Sea hecha tu voluntad” y aquellos a quienes Dios les dice: “Muy bien, entonces, hágase tu voluntad”. Tristemente, muchas personas tendrán que pasar la eternidad sin Dios porque eligieron vivir sin Él en la tierra. Una vez que comprendes que la vida es más que vivir el aquí y ahora, que es una preparación para la eternidad, entonces comienzas a vivir de una manera diferente. Cuando vives a la luz de la eternidad, tus valores cambian, y eso te da la pauta de cómo manejar toda relación, tarea y circunstancia. De repente muchas de las actividades, metas, incluso problemas, que parecían muy importantes, se tornarán triviales, pequeños e insignificantes, como para que les prestes atención. Cuanto más te acercas a Dios, más pequeñas se ven las cosas.


Tus valores cambian cuando vives a la luz de la eternidad. Haces uso de tu dinero y de tu tiempo de una forma más sabia. Le das un valor mucho más alto a las relaciones y al carácter, que a la fama, a la fortuna o a los logros. Reordenas tus prioridades. Estar al día con la moda, los estilos y el que dirán, ya no tiene importancia. Pablo dijo: “Todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo”.

Si toda tu vida consistiese sólo del tiempo que estarás sobre la tierra, te sugeriría que comenzaras a vivirla de inmediato. Podrías olvidarte de ser bueno y de hacer lo correcto, y quizás no tendrías que preocuparte por las consecuencias de tus actos. Podrías darte el gusto de dedicarte completamente a ti mismo porque a la larga tus actos no tendrían repercusión alguna. Ahora bien, y este es el meollo del asunto, ¡la muerte no es tu fin!. La muerte no es tu acabose, más bien es tu transición a la eternidad; de manera que hay consecuencias eternas por todo lo que hagas en la tierra. Todo acto en nuestras vidas toca alguna cuerda que vibrará en la eternidad.

El aspecto más dañino de la vida contemporánea es la mentalidad a corto plazo. Para aprovechar tu vida al máximo debes mantener en mente la visión de la eternidad y el valor de la misma en tu corazón. ¡La vida es mucho más que vivir sólo el momento! El hoy es la parte visible del témpano, la eternidad es el resto que no puedes ver porque está debajo de la superficie. ¿cómo será la eternidad con Dios? En realidad, nuestra capacidad mental no puede imaginar toda la maravilla y la grandeza celestial. Sería como tratar de explicarle la Internet a una hormiga. Es inútil. Aún no se han inventado las palabras que puedan transmitir la experiencia de la eternidad. La Biblia dice: “Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman”.

Ahora bien, Dios nos ha dado algunos destellos de la eternidad en su Palabra. Sabemos que en este instante prepara un hogar eterno para nosotros. Nos volveremos a encontrar en el cielo con seres queridos que eran creyentes, seremos libres de todo dolor y sufrimiento, recompensados por nuestra fidelidad en la tierra y reasignados para trabajar en algo que nos agrade. ¡No estaremos acostados flotando en las nubes tocando el arpa! Disfrutaremos de una relación ininterrumpida con Dios, y a su vez él disfrutará de nosotros por siempre, sin límites y sin fin. Algún día Jesús dirá: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo”.

C.S. Lewis plasmó el concepto de eternidad en las últimas páginas de su serie de ficción para niños, Las crónicas de Narran: “Para nosotros, este es el fin de todas las historias... mas para ellos fue el comienzo de la verdadera historia. La vida de ellos en este mundo... ha sido tan sólo el título y la portada: y ahora por fin comenzarán el primer capítulo de la gran historia que nadie ha leído en la tierra y continuará para siempre, y cada capítulo es mejor que el anterior”.

Dios tiene un propósito para tu vida en la tierra, pero no termina aquí. Su plan comprende mucho más que unas cuantas décadas que pasarás en este planeta. Es mucho más que la “oportunidad única de la vida”; Dios te ofrece una oportunidad más allá de tu vida. La Palabra de Dios dice: “Pero Dios cumple sus propios planes, y realiza sus propósitos”. La única ocasión en que la gente piensa en la eternidad es en los funerales, y suele ser de una manera superficial; ideas sentimentales basadas en la ignorancia. Quizás pienses que sea morboso pensar en la muerte, pero en realidad es contraproducente vivir negándola y no considerar lo que es inevitable. Sólo un necio puede andar por la vida sin prepararse para lo que todos sabemos que debe ocurrir. Debes pensar más en la eternidad, no menos.

De la misma manera que estuviste nueve meses en el vientre de tu madre sin ser esto un fin en sí mismo, sino una preparación para la vida, así es esta vida, una preparación para la otra. Si tienes una relación con Dios por medio de Jesucristo, no debes temer a la muerte, que es la puerta a la eternidad. Sería la última hora de tu vida en la tierra, pero no el fin de tu ser. En lugar de ser el fin de tu vida, será tu cumpleaños en la vida eterna. La Biblia afirma: “Amigos, este mundo no es su hogar, así que no se acomoden en él. No complazca a su ego a expensas de su alma”.

Cuando medimos nuestro tiempo en la tierra, comparado con la eternidad, es como un abrir y cerrar de ojos, pero las consecuencias del mismo duran para siempre. Las obras de esta existencia son el destino de la otra vida. Debemos pensar que: “Por eso mantenemos siempre la confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor”.

Hace años un popular slogan motivaba a la gente a vivir cada día: “Este es el primer día del resto de tu vida”. En realidad, sería más sabio vivir cada día como si fuese el último. Matthew Henry acertó: “La responsabilidad de cada día debiera ser prepararnos para nuestro día final”.




DÍA IV

PENSANDO EN MI PROPÓSITO



Punto de reflexión: La vida es mucho más que vivir el momento.

Versículo para recordar: “El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre"
1º Juan 2:17 (NVI)

Pregunta para considerar: Ya que fui creado para vivir para siempre, ¿qué debería dejar de hacer, y qué debiera comenzar a hacer hoy?

sábado, 15 de mayo de 2010

Esta Fue Tu Vida


Una Vida Con Proposito Dia III

Dia III

¿Qué guía tu vida?


Vi además que tanto el afán como el éxito
en la vida despiertan envidias.
Eclesiastés 4:4 (NVI)

El hombre sin propósito es como un barco
sin timón, un soplo, nada, nadie.
Thomas Carlyle.


Todos tenemos algo que guía nuestras vidas.
Los diccionarios definen el verbo guiar como “mover, conducir o empujar”. Sea que conduzcas un automóvil, claves algo o golpees una pelota de golf, eres tú quien guía, empuja o mueve ese objeto en ese instante. ¿Qué es lo que guía tu vida? Quizás lo que te guía en estos momentos sea un problema, un plazo o una exigencia. Puede que seas guiado por un mal recuerdo, un temor constante o una costumbre involuntaria. Hay cientos de circunstancias, razones y sentimientos que guían tu vida. A continuación te presento los cinco más comunes:

A muchos los guía la culpa. Se pasan toda la vida huyendo de sus errores y ocultando su vergüenza. Quienes cargan culpas son controlados por sus recuerdos. Permiten que su futuro sea controlado por su pasado. Sin darse cuenta, se castigan a sí mismos, saboteando sus propios logros. Cuando Caín pecó, su culpa lo separó de la presencia de Dios, y el Señor le dijo: “en el mundo serás un fugitivo errante”. Eso describe hoy a la mayoría de la gente: va por la vida sin propósito alguno. Somos el resultado de nuestro pasado, pero no tenemos que ser prisioneros del mismo. El propósito de Dios no está sujeto a tu pasado. Él, que convirtió a un asesino llamado Moisés en un líder y a un cobarde llamado Gedeón en un héroe valiente, también puede hacer cosas increíbles con lo que te queda de vida. Dios es experto en dar borrón y cuenta nueva a la gente. La Biblia dice: ¡Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo”.

A muchos los guía la ira y el resentimiento. Se aferran a heridas que nunca logran superar. En vez de sacarse el dolor por medio del perdón, lo repiten una y otra vez en sus mentes. Los que viven motivados por el resentimiento se “enclaustran” e interiorizan su ira; otros “estallan” y explotan ante los demás. Ambas reacciones son dañinas e inútiles.

El resentimiento siempre te daña más a ti que a la persona con la que estás resentido. Mientras la persona que te ofendió quizás olvide la ofensa y siga su vida, tú continúas hirviendo de dolor, perpetuando el pasado.

Escucha bien: Los que te hicieron daño en el pasado no pueden seguir haciéndotelo a menos que te aferres al dolor por medio del resentimiento. ¡Lo pasado, pasado está! Nada lo podrá cambiar. Te estás haciendo daño a ti mismo con tu amargura. Por tu propio bien, aprende de todo eso y libérate. La Biblia dice: “Entregarse a la amargura o a la pasión es una necedad que lleva a la muerte”. A muchos los guía el temor. Sus temores pueden ser el resultado de una experiencia traumática, de falsas expectativas, de haber sido criados en un hogar de disciplina rígida o incluso de una predisposición genética. Cualquiera que fuere la causa, las personas condicionadas por el temor pierden oportunidades porque temen aventurarse a emprender cosas. Van a lo seguro, evitando riesgos y tratando de mantener el statu quo.

El temor es un tipo de cárcel que tú mismo te impones, impidiéndote llegar a ser lo que Dios desea que seas. Debes reaccionar contra eso con las armas de la fe y el amor. La Biblia dice: “La persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios lo castigue, es porque no ha aprendido a amar”. A muchos los guía el materialismo. El deseo de adquirir se convierte en la meta principal de sus vidas.

Este deseo de querer siempre más se basa en la idea equivocada de que cuanto más tengas serás más feliz, más importante y vivirás más seguro, pero los tres conceptos son erróneos. Las posesiones sólo proveen felicidad temporal . Como las cosas no cambian, tarde o temprano nos aburrimos de ellas, entonces queremos otras nuevas, más grandes y más modernas. No deja de ser un mito eso de que “Cuanto más tenga, más importante soy”. Cuánto valemos como personas y cuánto valemos por lo que tenemos no es lo mismo. No se puede determinar cuánto vales por las cosas que posees y Dios dice que ¡las cosas más valiosas en la vida no son los bienes que posees!

El mito más común respecto al dinero en que cuanto más tengas, más seguro estarás. No es así. Se pueden perder las riquezas por muchas razones que están fuera de tu control. La verdadera seguridad se fundamenta sólo en algo que no te pueden quitar: tu relación con Dios. A muchos los guía la necesidad de ser aceptados. Permiten que las expectativas de sus padres, cónyuges, profesores o amistades controlen sus vidas. Muchos adultos siguen tratando de ganarse la aceptación de sus padres, a quienes es imposible agradar. A otros los guía la presión de los amigos, preocupándose siempre por el “ qué dirán”. Tristemente, aquellos que siguen al mundo, por lo general se pierden en él.

Desconozco todas las claves del éxito, pero tratar de agradar a todo el mundo es una de las claves
del fracaso. Ser influenciado por la opinión de los demás te garantiza perder los propósitos de Dios para tu vida. Jesús dijo: “Nadie puede servir a dos señores”. Hay otras influencias que pueden guiar tu vida, pero todas terminan en un callejón sin salida. Por ejemplo: potencial sin poder usarlo, estrés innecesario y una vida vacía. Esta jornada de cuarenta días te enseñará a llevar una vida con propósito: una vida guiada, controlada y dirigida por los propósitos de Dios. Nada es más importante que conocer los propósitos de Dios para tu vida, y nada puede compensarte el no conocerlos; ni siquiera el éxito, la riqueza, la fama o los placeres. Sin un propósito, la vida es una marcha sin sentido, un movimiento sin dirección y sucesos sin motivos. La vida sin propósito es trivial, insignificante e inútil.

BENEFICIOS DE UNA VIDA CON PROPÓSITO

Hay cinco grandes beneficios de vivir una vida con propósito:
Conocer tu propósito da sentido a tu vida. Fuimos creados para tener significado. Por esa razón los métodos que utiliza la gente para encontrarlo, como la astrología o los síquicos, son absurdos. Cuando la vida tiene sentido puedes soportar cualquier cosa. Cuando no lo tiene resulta insoportable. Un joven de veinte y tantos años escribió: “Siento que soy un fracaso porque intento llegar a ser algo, pero no sé que es. Sólo he aprendido a vivir resolviendo con lo necesario. Algún día, si descubro mi propósito, me sentiré como si comenzara a vivir”.

Sin Dios la vida no tiene propósito y sin propósito la vida no tiene sentido. La vida sin sentido no tiene significado ni esperanza. Muchos que no tenían esperanza lo expresaron así en la Biblia. Isaías se quejó diciendo: “En vano he trabajado; he gastado mis fuerzas sin provecho alguno”. Job dijo: “Mis días se acercan a su fin, sin esperanza, con la rapidez de una lanzadera de telar”; y también: “Tengo en poco mi vida; no quiero vivir para siempre. ¡Déjenme en paz, que mi vida no tiene sentido!”.

La tragedia más terrible no es morir, sino vivir sin propósito. La esperanza es tan esencial para tu vida como el aire y el agua. Necesitas tener esperanza para poder salir adelante. El Dr. Bernie Siegel descubrió que podía diagnosticar cuál de sus pacientes con cáncer podía sentir cierto alivio en el rigor de su enfermedad al preguntarle: “¿Quisiera vivir y llegar a los cien años?” Los que tenían un propósito claro y definido respondían afirmativamente y eran los que tenían más probabilidades de sobrevivir. Tener esperanza es el resultado de tener un propósito.

Si te has sentido desmoralizado, ¡hay esperanza! Experimentarás cambios positivos en tu vida al empezar a vivirla con propósito. Dios dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes... planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.

Quizás sientas que estás encarando una situación imposible, mas la Biblia dice: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir; por el poder que obra eficazmente en nosotros”.

Conocer tu propósito simplifica tu vida. Esto define lo que haces o lo que dejas de hacer. Tu propósito se convierte en el patrón que usarás para evaluar qué cosas son esenciales y cuáles no. Formúlate la pregunta: Esta actividad que voy a realizar, ¿me ayudará a cumplir los propósitos de Dios para mi vida?

Sin un propósito definido no tienes fundamento alguno en qué basar tus decisiones, distribuir tu tiempo y usar tus recursos. Entonces tomarás decisiones basadas en las circunstancias, en las presiones y el estado anímico del momento. Los que no entienden su propósito suelen esforzarse demasiado; y eso causa estrés, cansancio y conflicto.

Es imposible que logres hacer todo lo que los demás quieren que hagas. Sólo tienes tiempo para hacer la voluntad de Dios. Si no logras terminarlo todo, significa que estás haciendo más de lo que Dios quiere que hagas (o quizás estás viendo demasiada televisión). Vivir con propósito nos lleva a un estilo de vida más sencillo y a un plan de actividades más saludable. La Biblia afirma: “Hay quien pretende ser rico, y no tiene nada; hay quien parece ser pobre, y todo lo tiene” . Te lleva también a tener tranquilidad: “Al de propósito firme guardarás en perfecta paz, porque en ti confía”.

Conocer tu propósito enfoca tu vida. Esto hace que dirijas todo tu esfuerzo y energía a lo que es importante. Te conviertes en una persona efectiva al ser selectivo. Es natural que las cosas sin importancia nos distraigan. Jugamos a “la ruleta rusa” con nuestras vidas. Henry David Thoreau observó que la gente vive una vida de “desesperación silenciosa ”, pero hoy una descripción más exacta sería, una distracción sin propósito. Muchas personas se asemejan a los giroscopios que giran con rapidez sin dirigirse a ningún lugar.

Sin un propósito claro, seguirás cambiando de dirección, de trabajo, de relaciones, de iglesia y muchas cosas más, esperando que cada cambio pueda resolver la confusión o llenar el vacío de tu
corazón. Piensas: “Esta vez quizás sea diferente”, pero eso no resuelve tu verdadero problema, es decir, la carencia de enfoque o propósito. La Biblia dice: “No sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor” .

El poder de enfoque puede apreciarse con la luz. Un haz difuso tiene poco poder o impacto, pero puedes enfocarlo mejor concentrando su energía. Los rayos del sol, con la ayuda de una lupa, pueden ser dirigidos para quemar papel u hojarasca. Cuando la luz es enfocada aún más, como rayos láser, puede atra vesar el acero.

No hay nada tan impactante como una vid centrada, vivida con propósito. Los hombre y mujeres que han hecho las más grandes diferencias en la historia, han sido personas con un enfoque bien definido. Por ejemplo, el apóstol Pablo propagó el cristianismo casi solo por todo el Imperio Romano. Una vida enfocada era su secreto. Él dijo: “Una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, y esforzándome por alcanzar lo que está delante”.

Si deseas que tu vida impacte, ¡enfócala! Ya deja de titubear. No trates de hacerlo todo. Haz menos. Tienes que deshacerte aun de buenas actividades y concentrarte en hacer lo más importante. Nunca confundas actividad con productividad. Puedes estar ocupado sin propósito alguno, y ¿de qué sirve? Pablo dijo: “Aquellos que queremos todo lo que Dios tiene, mantengámonos enfocados en la meta”.

Conocer tu propósito estimula tu vida. El propósito siempre produce entusiasmo. No hay nada que dé tanto ímpetu como tener un propósito claro. Por otro lado, el entusiasmo se disipa por falta de propósito. El simple hecho de levantarse de la cama se convierte en una tarea ardua. Por lo general, es el trabajo sin propósito, no el excesivo, el que nos acaba, nos deja sin fuerzas y nos roba el gozo.

George Bernard Shaw escribió: “Esta es la verdadera felicidad de la vida: ser usado para un propósito y poder reconocer su supremacía; ser una fuerza de la naturaleza en lugar de algo inconstante, un saco de males y lamentos, siempre quejándose de que el mundo no se ha dado a la tarea de hacerlo a uno feliz”.

Conocer tu propósito te prepara para la eternidad. Muchos se dan a la tarea de emplear toda su vida en crear en la tierra un legado duradero. Quieren que se les recuerde después de muertos. Pero al final, lo más importante no es lo que otros dicen de tu vida, sino lo que Dios diga. Muchos no se dan cuenta de que todos los logros personales son superados tarde o temprano; las marcas se rompen, la reputación se desvanece y los homenajes se olvidan. La meta de James Dobson en la universidad era llegar a ser campeón de tenis. Se sintió orgulloso cuando pusieron su trofeo en un lugar prominente de la vitrina de exhibición. Años después alguien se lo envió. Lo habían encontrado en un depósito de basura cuando estaban renovando el edificio universitario. James exclamó: “Cuando pase el tiempo, ¡alguien tirará a la basura todos tus trofeos!”.

Vivir para dejar un legado terrenal es una meta que revela muy poca visión. El uso más sabio de tu tiempo es que edifiques un legado eterno. No fuiste puesto en la tierra para ser recordado, sino para prepararte para la eternidad. Llegará el día que estarás ante Dios; Él hará un inventario de tu vida, un examen final antes de que entres en la eternidad. La Biblia declara: “¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios!...

Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios”. Afortunadamente, Dios desea que todos pasemos este examen; por eso nos ha dado las preguntas con anterioridad. Al leer la Biblia podemos imaginar que dios nos planteará dos preguntas decisivas;

Primero: ¿Qué hiciste con mi Hijo Jesucristo? Dios no cuestionará tu trasfondo religioso ni tu inclinación doctrinal. Lo único que tendrá relevancia será si aceptaste lo que Cristo hizo por ti y si aprendiste a amarlo y a confiar en él. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida... Nadie llega al Padre sino por mí”.

Segundo: ¿Qué hiciste con lo que te entregué? ¿Qué hiciste con tu vida, dones, talentos, oportunidades, dinamismo, relaciones y recursos que Dios te dio? ¿Lo gastaste todo en ti mismo o lo usaste para los propósitos para los que Dios te creó?

El objetivo de este libro es prepararte para estas dos preguntas. La primera determinará dónde pasarás la eternidad. La segunda determinará qué harás en ella.


Al concluir este libro, estarás listo para responder ambas preguntas.


DÍA III- Que Guia Tu Vida


PENSANDO EN MI PROPÓSITO

Punto de reflexión: Vivir con un propósito es el camino a la paz.
Versículo para recordar: “Al de propósito firme guardarás en perfecta paz, porque en ti confía” . Isaías 26:3 (PAR)
Pregunta para considerar: ¿Cuál, podrían decir mi familia y amigos, es la fuerza que mueve mi vida? ¿Cuál quiero yo que sea?

Una Vida con Proposito Dia II

Dia II
No eres un accidente


Yo soy tu Creador.
Te cuidé a un antes de que nacieras.
Isaías 44:2 (PAR)

Dios no juega a los dados.
Albert Einstein

No eres un accidente.
Tu nacimiento no fue un error o infortunio, tu vida no es una casualidad de la naturaleza. Tus padres no te planificaron; Dios lo hizo. A Él no lo sorprendió tu nacimiento. Es más, lo estaba esperando. Mucho antes de que fueras concebido por tus papás, fuiste diseñado en la mente de Dios. Él pensó en ti primero. No es a causa del destino, ni de la casualidad, ni de la suerte, ni tampoco es una coincidencia que en este mismo instante estés respirando. ¡Tienes vida porque Dios quiso crearte! La Biblia dice: “El Señor cumplirá en mí su propósito” .

Dios diseñó cada característica de tu cuerpo. Eligió tu raza a propósito, el color de tu piel, tu cabello y cualquier otro detalle. Hizo tu cuerpo a la medida, tal y como Él lo quería. También dispuso todos los talentos naturales que posees y la singularidad de tu personalidad. La Biblia dice: “Me conoces por dentro y por fuera. Conoces cada hueso de mi cuerpo; sabes cómo fui hecho, parte por parte, cómo fui esculpido”.

Puesto que Dios te hizo con un propósito, también decidió cuándo habías de nacer y cuánto has de vivir. Él pensó de antemano en los días de tu vida, escogió tu momento exacto de nacer y de morir. La Biblia afirma: “Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la tierra; ¡aún cuánto tiempo viviría! ¡Lo habías anotado en tu libro!”.

Dios planificó también tu lugar de nacimiento y dónde vivirías para su propósito. Tu raza y nacionalidad no son un accidente. Dios no dejó nada al azar. Todo lo planificó para su propósito. La Biblia dice: “De un solo hombre hizo él todas las naciones, para que vivan en toda la tierra; y les ha enseñado el tiempo y el lugar en que debes vivir”. Nada en tu vida es arbitrario. Todo tiene un propósito.

Aún más impresionante es el hecho de que Dios decidió cómo nacerías. Dios planeó crearte a pesar de las circunstancias de tu nacimiento y quiénes serían tus padres. Daba igual si tus padres eran buenos, malos o indiferentes. Él sabía que esas dos personas poseías la hechura genética exacta y necesaria para mandar a hacerte a “ti” a la medida, tal y como Él pensaba. Ellos tenían el ADN que Dios quería para crearte. Aunque haya padres ilegítimos, no hay hijos ilegítimos. Muchos hijos no son planeados por sus padres, sino por Dios. El propósito divino tuvo en cuenta el fallo humano, inclusive el pecado.

Dios nunca hace nada por casualidad, ni tampoco comete errores. Él tiene un propósito para cada cosa que crea. Todo, animales y plantas, fue pensado por Dios; incluso cada persona fue creada con un propósito en mente. El motivo de Dios para crearte fue su amor. La Biblia destaca: “Mucho antes de la fundación del mundo, Él estaba pensando en nosotros, y se había predispuesto para que fuésemos el enfoque de su amor”.

Dios pensó en ti antes de crear el mundo. En efecto, ¡por eso mismo lo hizo! Dios creó el medio ambiente de este planeta para que pudiéramos vivir en él. Somos el centro de su amor y lo más valioso de todo lo creado. La Biblia dice: “Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación” . ¡Así es como Dios te ama y te aprecia!

Dios no hace las cosas al azar; todo lo pensó todo con gran precisión. En cuanto más sepan del universo los físicos, los biólogos y los demás científicos, mejor entenderemos que todo fue creado específicamente para nuestra existencia, con los requisitos exactos para que sea posible la vida humana.

El doctor Michael Denton, investigador principal de genética molecular humana en la Universidad de Otago, en Nueva Zelandia, concluyó lo siguiente: “Toda la evidencia disponible en las ciencias biológicas apoya una propuesta principal... que el cosmos es un todo especialmente diseñado con formas de vida y que el ser humano es su razón y meta fundamental, un todo en el cual todas las facetas de la realidad tienen su sentido y explicación en ese hecho central”. La Biblia apuntó lo mismo hace miles de años: “Dios que formó la tierra... no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada”.

¿Por qué hizo Dios todo esto? ¿Por qué se tomó la molestia de crearnos un universo? Porque es un Dios de amor. Esta clase de amor es difícil de captar, pero es intrínsecamente confiable. ¡Fuiste creado como un objeto muy especial del amor de Dios! Él te hizo para poder amarte. Y puedes basar tu vida en esta verdad.

La Biblia nos dice: “Dios es amor”. No dice que Dios tiene amor, ¡Él es amor! El amor es la esencia del carácter divino. Dios no necesitaba crearte. No se sentía solo. Pero quiso crearte para así expresar su amor. Dios dice: “A quienes he cargado desde el vientre, y he llevado desde la cuna. Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice y... cuidaré”.
DÍA II: NO ERES ACCIDENTE

Si no hubiera Dios, todos seríamos unos “accidentes” , el resultado fortuito de una lotería astronómica en el universo. Dejarías de leer este libro porque la vida carecería de sentido, de propósito o de significado. No habría bien ni mal, ni esperanza más allá de tus pocos años en la tierra.

Pero hay un Dios que te creó por un motivo, ¡y tu vida tiene una profunda razón de ser! Encontramos el sentido y el propósito sólo cuando tomamos a Dios como punto de partida en nuestras vidas. El versículo de Romanos 12:3 dice que: “La única forma de entendernos a nosotros mismos con exactitud es por lo que Dios es y hace por nosotros” .

Este poema de Russell Kelfer lo resume todo:

Eres quien eres por una razón,
Eres parte de un plan minucioso,
Eres criatura singular, diseño hermoso,
Llamado por Dios hombre o mujer.

Vas tras la búsqueda de una razón,
Errores no comete Dios,
Te entretejió en el vientre, no eres ilusión.
Eres justo lo que Él quería hacer.

A quienes tienes por padres Él eligió,
Pese a cómo te sientas por ello,
De acuerdo con Su plan los escogió,
Del Maestro llevan su sello.

No fue fácil encarar esa emoción,
Dios lloró al verte sufrir,
Lo permitió para formar tu corazón,
Para que a su semejanza puedas vivir.

Eres quien eres por una razón,
La vara del Maestro te formó,
Eres quien eres, por amor.
La verdad, ¡hay un Dios!.


DÍA II: No Eres un Accidente

PENSANDO EN MI PROPÓSITO

Punto de reflexión : No soy un accidente.
Versículo para recordar : “Yo soy tu Creador: Te cuidé aun antes de que nacieras” . Isaías 44:2 (PAR)
Pregunta para considerar : Consciente de que Dios me ha creado de una manera singular, ¿con qué partes de mi personalidad, antecedentes y aspecto físico estoy luchando por aceptar?

viernes, 14 de mayo de 2010

La Bendición = Berakah

La Bendición = Berakah
La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y Él no añade tristeza con ella
Proverbios 10:22


OTRAS TRADUCCIONES
DHH. La bendición del Señor es riquez a que no trae dolores consigo.

NVI. La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse.


N-C. La bendición de Dios es lo que enri quece; nuestro afán no le añade nada.


LEXICO

Bendición del hebreo “berakah” que significa: Prosperidad, alabanza a Dios, regalo, tratado de paz.

Se deriva de “barak” que, entre otras cosas, significa: Liberal, felici dad, abundancia, saludar y arrodillarse.


La Biblia indica que el vino nuevo se deposita sobre odres nuevos, porque si el odre es viejo se rompe y no retiene el vino (Mt. 9:15-17); es decir, que para retener la bendi ción de Dios, debemos ser renovados constantemente, pero dicha renovación no es por fuerza de voluntad para cambiar exteriormente, sino que es dejando que el Espíritu Santo nos moldee y transforme cada día.

Muchas veces el cristiano se frustra porque, a pesar de procurar poner por obra la Palabra y buscar la restauración, se da cuenta que su vida no es totalmente de acuerdo a lo que la Biblia indica o no es de acuerdo a lo que otras personas le dicen que debe vivir; sin embargo, la Biblia nos enseña que “el que empezó la buena obra en nosotros la perfeccionará” (Fil. 1:6).

1. HABITAR EN ARMONIA, Salmos 133:1-3 LBLA. Cántico de ascenso gradual; de David. Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre

La versión NVI traduce “ ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!”, es decir que Dios envía la bendición Berakah sobre quienes “habitan o conviven en armonía”, es decir, sobre quienes no se caracterizan por pelear con los hermanos, no crean ni andan en divisiones, no murmurar, no son hipócritas ni cosas similares (Ro. 12:9; 1 P. 1:22. CAS & RV 1865).

a. Armonía: La Biblia del Oso traduce en este verso: “¡Mirad cuán bueno y cuán suave es habitar los hermanos igualmente en uno !”; ahora bien, “Armonía” se traduce del hebreo “yachad” que, entre otras cosas, significa: “Unidad e igual”. El significado “igual”, indica que habitar en armonía es “hacernos iguales con nuestros hermanos”; es decir, hacernos comunes; por ello quienes pretenden ser más que otros hermanos, o por el contrario, se siente menos que los demás (Ro. 12:3), no pueden habitar en armonía, en el pueblo de Dios.

Según el diccionario de la Real Academia Española, “armonía” es: “Unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes. Bien concertada y grata variedad de sonidos.” Esto nos ayuda a comprender, que a pesar de las diferencias de criterio, personalidad, cultura, raza, educación, económica (Co3. 3:11), incluso de doctrina o denominación, debemos sobrellevarnos y/o comprendernos unos a otros, para habitar en armonía y así producir sonidos agradables al Señor (1 Co. 13:1; Ro. 15:1; Ef. 4:1-3).

De lo anterior, la Biblia indica: “Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero todos los miembros no tienen la misma función; así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero todos somos miembros los unos de los otros” Romanos 12:4-5.

En donde vemos claramente que Dios nos hizo únicos a cada uno de nosotros, pero, al habitar en armonía, formamos un solo Cuerpo.

La Biblia muestra en Efesios 4:1 al 3, seis aspectos importantes, que necesitamos para poder vivir armonía:

I. Humildad: Para poder pedir perdón cuando hemos fallado, ofendido o causado problemas a algún hermano.

II. Mansedumbre: Para perdonar a quienes nos han fallado, ofendido o causado problemas.

II. Paciencia: Hacia quienes, a causa de su carnalidad, nos fallan, ofenden o causan problemas.

IV. Soportándoos unos a otros en amor: Para que los aspectos anteriores tengan efecto para habitar en armonía, debemos “soportarnos unos a otros”, pero no por fuerza de voluntad, porque en cualquier momento se puede explotar, sino debe ser en “amor”, porque “el amor todo lo soporta” (1 Co. 13:7).

V. Esforzándoos por preserver la unidad del Espíritu: Nuevamente regresamos a la “unidad”, pero vemos que para ello, debemos “esforzarnos”. “Esforzándoos” se traduce del griego “spoudazo”, que significa: “procurar con diligencia” (Strong 4704), es decir que debemos “procurar con diligencia perseverar en la unidad del Espíritu” “La unidad del Espíritu” se refiere a “la unidad con quienes tenemos el mismo Espíritu”, como consecuencia de haber nacido de nuevo, porque “Hay un solo cuerpo, el Cuerpo del Señor, y un solo Espíritu, es decir el Espíritu Santo.” Y con esto la Biblia descarta todo falso movimiento de unidad, por ejemplo “el ecumenismo”.

VI. En el vínculo de la paz: Esto es, porque no puede haber paz, si no hay unidad y no puede haber unidad, si no hay amor. Por ello, debemos en nuestras relaciones con nuestros hermanos debemos tener y buscar la paz (He. 12:14).

b. Bueno: La Biblia indica que “habitar” en armonía es “bueno”, ahora bien, “bueno” se traduce del hebreo “tob” y, entre otras cosas, significa: “Abundancia, agradable, alegre, benéfica, bienestar, éxito, feliz, fértil, gozoso, hermoso, mejor, misericordioso, prosperidad, tesoro, riqueza, excelente, fructífero, un significado importante del término es bondad moral” (Strong, Brown Driver Briggs Hebrew Definitios y The Complete Word Study Bible & Reference CD, No. 2895).
Los significados anteriores nos muestran muchos de los beneficios, adicionales a la bendición berakah, de habitar en armonía: abundancia, alegría, éxito, felicidad, gozo, misericordia, riqueza, bondad y más.

c. Agradable: Se traduce del hebreo “naim” y significa: “Delicioso, dulce, suave, deleitable y dulzura” (Strong & Brown Driver Briggs Hebrew Definitios 5273). Definitivamente, habitar en armonía es delicioso, contrario a vivir en contiendas o rencillas (Pr. 19:13; 27:15).

d. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. El óleo que se indica en este pasaje, es el óleo santo, que únicamente se utilizaba para consagrar a los sacerdotes. Una de las funciones de los sacerdotes era interceder por el pueblo ante el Señor. Esto nos enseña que el Él nos habilita y nos da la autoridad para fungir como sacerdotes, primeramente en nuestro hogar, y también en la iglesia en donde nos congregamos.

La frase “Que desciende hasta el borde de sus vestiduras”, nos habla de por lo menos dos cosas:

I. La bendición alcanzará a todos nuestros descendientes.
II. Obtener misericordia y sanidad de parte del Señor, Mt. 9:20-22; 14:35-36; Mr. 6:56; Lc. 8:43-44.


e. Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre.

Hermón es la montaña principal de Israel, que está a su lado norte, y Sion, es la montaña que está al sur de Judá (Ex. 16:13, 14; Is. 26:19; Os. 14:5). Esto se refiere a la intervención divina de parte del Señor para alcanzar la armonía y unidad porque de lo contrario no se podría alcanzar y permanecer en ella. La consecuencia de habitar en armonía es recibir la bendición Berakah, que enriquece en todas las cosas.

2. Veamos algunos versos que nos muestran beneficios de habitar en armonía, unidad, y otros que muestran para qué la necesitamos. En los versos del Antiguo Testamento, la palabra “unidad”, se traduce del hebreo “yachad”.


a. Se recibe la llenura del Espíritu Santo, Hch. 2:1.

b. Hay crecimi ento de la Iglesia, Hch. 2:46-47.

c. Alabar, adorar, ofrendar y servir en armonía - unidad, Jer. 31:13; Gn. 22:5, 7-8, Sal. 102:19-22.

d. Mansedumbre para perdonar a quienes nos han traicionado, por perseverar en armonía unidad, Sal. 55:12-14.

e. Debemos estar de acuerdo para tener armonía - unidad, Am. 3:2-4.

f. Debemos tener Paz y armonía - unidad, 1 Cr. 12:17.

g. La carnalidad impide y los bienes materiales son obstáculos, para habitar en armonía - unidad, Gn. 36:6-8.

h. La verdadera armonía – unidad, no es “ecumenismo”, Esdras 4:3; Nehemías 6:2.


El Señor quiere enviar sobre nuestra vida la bendición “berakah”, pero debemos dejar que Él haga la obra en nuestra vida y al mismo tiempo debemos buscar la armonía y unidad con nuestros hermanos, sin que esto se confunda con el ecumenismo, que no proviene de Dios.

Una Vida Con Proposito Dia I

¿PARA QUÉ ESTOY AQUÍ
EN LA TIERRA?


El que confía en sus riquezas se marchita, pero el justo se renueva como el follaje.
Proverbios 11:28 (NVI)

Pero bienaventurado el hombre que confía en el Señor... Es como árbol plantado a orillas de un río, cuyas raíces penetran hasta encontrar el agua; árbol al que no agobia el calor ni angustian los largos meses de sequía. Su follaje se mantiene verde y produce en todo tiempo jugoso fruto.

Jeremías 17:7-8 (BAD)


Dia I

Todo Comienza Con Dios


Porque todo, absolutamente todo en el cielo y la tierra, visible e invisible... todo comenzó en Él
y para los propósitos de Él Colosenses 1:16 (PAR)

A menos que se dé por hecho la existencia de Dios, la búsqueda del Propósito de vivir no tiene sentido.
Bertrand Russell, ateo.

No se trata de ti.
El propósito de tu vida excede en mucho a tus propios logros, a tu tranquilidad o incluso a tu felicidad. Es mucho más grande que tu familia, tu carrera o aun tus sueños y anhelos más vehementes. Si deseas saber por qué te pusieron en este planeta, debes empezar con Dios. Naciste por su voluntad y para su propósito.

La búsqueda del propósito de vivir ha intrigado a la gente por miles de años. Eso ocurre porque solemos empezar por el punto de partida errado: nosotros mismos. Nos hacemos preguntas egoístas como: ¿Qué quiero ser?, ¿Qué debo hacer con mi vida?, ¿Cuáles son mis metas, mis anhelos, mis sueños con el futuro? Enfocarnos en nosotros mismos nunca podrá revelarnos el propósito de nuestra vida. La Biblia, dice: “En su mano está la vida de todo ser viviente”.

Contrario a lo que te dictan muchos libros conocidos, películas y seminarios, no encontrarás el sentido de tu vida buscando en tu interior. Es muy probable que ya lo hayas intentado. No te creaste a ti mismo, por lo tanto no hay manera de que puedas decirte para qué fuiste creado. Si yo te entregara un invento que nunca has visto, no sabrías para qué sirve ni tampoco el ingenio te lo podría decir. Sólo el inventor, o el manual de instrucciones, podría revelarte el propósito de dicho invento.

En una ocasión me perdí en las montañas. Me detuve a pregunta cómo llegar al campamento y la respuesta fue: ”No puedes llegar hasta allí desde este lugar: ¡Tienes que empezar por el otro lado de la montaña!”. De igual manera, no puedes llegar a la conclusión de tu existir centrándote en ti mismo. Dios es tu punto de partida, tu creador. Existes tan sólo porque Él desea que existas. Fuiste creado por Dios y para Dios, y hasta que lo entiendas, tu vida no tendrá ningún sentido. Sólo en Él encontramos nuestro origen, nuestra identidad, nuestro sentido, nuestro propósito, nuestro significado y nuestro destino. Cualquier otra ruta termina en un callejón sin salida.

Muchos tratan de usar a Dios para su propio beneficio, pero eso es antinatural y está condenado al fracaso. Fuiste creado para Dios, no al contrario; la vida consiste en permitir que él te use para sus propósitos y no que tú lo uses a Él para los tuyos. La Biblia dice: “Obsesión consigo mismo en estos asuntos es un callejón sin salida; la atención a Dios nos guía a una vida libre y espaciosa”.

He leído muchas obras que me ofrecen diferentes maneras de descubrir el propósito de mi vida. La mayoría se puedes clasificar como libros de “autoayuda”, porque abordan el tema desde una perspectiva egoísta. Los libros de autoayuda, incluidos los cristianos, ofrecen por lo general los mismos pasos a seguir para que logres encontrar el propósito de la vida: Piensa en tus sueños; Define tus valores; Trázate metas; Averigua cuál es tu fuerte; Apunta a la cima, ¡alcánzala!; Sé disciplinado; Cree en ti mismo para lograr tus metas; Involucra a otros; Nunca te des por vencido.

Muchas veces estas recomendaciones llevan al éxito. Por lo general puedes lograr alcanzar una meta si pones todo tu empeño. ¡Pero tener éxito y cumplir el propósito de tu vida son dos temas muy distintos! Podrías alcanzar todas tus metas y ser un triunfador de acuerdo con los estándares del mundo, y aun así no saber la razón para la cual Dios te creó. Por eso necesitas más que un asesoramiento de autoayuda. La Biblia dice: “La autoayuda no es eficaz en todo. El sacrificio es el camino, mi camino, para encontrarte a ti mismo, a tu verdadero yo”.

Este no es un libro de autoayuda. Tampoco es una guía para buscar la carrera adecuada, ni para hacer tus sueños realidad o planificar tu vida. No se trata tampoco de cómo meter a la fuerza más actividades en una agenda ya sobrecargada. En realidad, te enseñará cómo puedes hacer menos en la vida, concentrándote en lo más importante. Trata sobre el tema de llegar a ser aquello para lo que Dios te creó. ¿Cómo descubres, entonces el propósito para el que fuiste creado? Tienes sólo dos opciones. La primera es especular . La mayoría prefiere ésta. Hacen conjeturas, adivinan, teorizan. Cuando la gente dice: “Yo siempre he pensado que la vida es...”, en realidad quiere decir: “Esta es la mejor suposición que se me ocurre”.

Durante miles de años, grandes filósofos han especulado y discutido acerca del sentido de la vida. La filosofía es un tema importante y tiene su utilidad, pero cuando hay que definir el sentido de la vida. La filosofía es un tema importante y tiene su utilidad, pero cuando hay que definir el sentido de la vida, aun los filósofos más sabios especulan . El Dr. Hugh Moorhead, profesor de filosofía de la Universidad Northeastern de Illinois, en una ocasión escribió a 250 de los más reconocidos filósofos, científicos, escritores e intelectuales del mundo, preguntándoles: “¿Cuál es el sentido de la vida?”, para después publicar las respuestas en un libro. Algunos dieron las mejores respuestas que pudieron, otros admitieron que acababan de plantearse la razón de vivir y otros fueron más sinceros en responder que no tenían ni la menor idea. ¡En efecto, varios le pidieron al profesor Moorhead que les escribiera de vuelta y les dijera si había encontrado la razón de vivir!

Afortunadamente hay una alternativa a la especulación acerca del significado y el propósito de vivir, y es la revelación . Podemos considerar lo que Dios reveló en su Palabra con respecto a la vida. La manera más fácil de entender el propósito de un invento es preguntarle al inventor. Lo mismo ocurre cuando quieres saber la razón de tu vida: pregúntale a Dios.

Dios no nos dejó en medio de la oscuridad para andar a ciegas. Él reveló claramente en su Palabra sus cinco propósitos para nuestras vidas. La Biblia es nuestro manual de instrucciones el cual explica por qué estamos vivos, en qué consiste la vida, qué evitar y qué esperar del futuro. Enseña lo que ningún libro filosófico o de autoayuda. Afirma que: “La sabiduría de Dios... Proviene de lo profundo de su propósito... No es un mensaje novedoso, es lo que Dios determinó para nuestra gloria desde la eternidad”.

Dios no es tan sólo el punto de partida en tu vida, sino la fuente de ella. Debes ir a la Palabra de Dios, no a la sabiduría del mundo para descubrir el propósito de tu vida. Necesitas fundamentar tu existencia en las verdades eternas y no en la sicología de moda, la motivación del éxito o en testimonios emotivos. La Biblia afirma: “Es en Cristo que sabemos quiénes somos y para qué vivimos. Mucho antes que oyéramos de Cristo, Él nos vio y nos diseñó para una vida gloriosa, parte de su propósito general en el que trabaja en todo y para todos”.

Este versículo muestra tres revelaciones para tus propósitos:

1. Encuentras tu propósito e identidad al tener una relación con Jesucristo. Si aún no tienes esta última, más adelante te explicaré cómo iniciarla.
2. Dios pensó en ti mucho antes que tú en Él. Lo que designó para ti precede al momento en que fuiste concebido. Lo planificó desde antes de que existieras, ¡y sin tu participación! Puedes elegir tu carrera, tu cónyuge, tus pasatiempos y muchos otros componentes de tu vida, pero no te toca escoger tu propio designio.
3. El propósito de tu vida es parte de un designio cósmico mucho más vasto, uno que Dios planeó para la eternidad. De eso trata este libro. El novelista ruso, Andrei Bitov, creció bajo un régimen ateo comunista. No obstante, Dios captó su atención un día lúgubre. Él cuenta que: “A mis veintisiete años, mientras viajaba en el metro, en Leningrado (ahora San Petersburgo), me embargó una angustia tan grande que parecía que la vida se me detenía de súbito, el futuro se tornaba incierto y todo perdía significado. Repentinamente, como de la nada, apareció una frase que rezaba: La vida sin Dios carece de sentido . Para asombro mío empecé a repetirla y me dejé llevar por esa frase, como si fuera trasladado a través de una escalera. Al salir del metro me encontré con la luz de Dios”.

Quizás has sentido confusión en cuanto a tu propósito en la vida. Felicidades, estás a punto de
entrar en la luz.

DÍA I: Todo Comienza Con Dios

PENSANDO EN MI PROPÓSITO


Punto de reflexión : No se trata de mí.
Versículo para recordar : “Todo comenzó en Él y para los propósitos de Él” .
Colosenses 1:16 (PAR)
Pregunta para considerar : A pesar de toda la publicidad que me rodea. ¿qué puedo
hacer para recordar que la vida consiste en vivirla para Dios
y no para mí mismo?

jueves, 13 de mayo de 2010

Jesús te pregunta: ¿Me amas?

Hablando contigo quiero estar
por Enrique Monterroza


“Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”.


San Juan 21:17


Todos conocemos la historia de Pedro, un discípulo que confeso que Jesús era el Cristo, pero que tristemente lo negó en el momento mas difícil del Señor antes de entregar su vida por amor a todos nosotros.


Yo no voy a culpar a Pedro por negar a Jesús, puesto que muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida cristiana lo hemos hecho, ya sea en palabras, acciones o hechos, así que el que este libre de pecado que tire la primera piedra.


Hay momento en la vida en donde todos negamos a Dios, ya sea porque te sientes tan mal por todo lo que te esta pasando o porque simplemente decidiste hacerlo.


No hay duda que todos aquellos que nos hacemos llamar cristianos amamos a Dios, yo se que si el mismo Jesús se presentara delante de ti y te lo preguntara, esta demás decirlo que le dijeras que lo amas. Pero todos tenemos nuestro momentos de rebeldía, esos momentos en los que hasta dudamos que Jesús esta con nosotros.


Posiblemente estés pasando un momento difícil en donde crees que Dios te ha desamparado, en donde por mas que buscas una solución no la encuentras, uno de esos momentos que a ninguno de nosotros nos gusta pasar. Quizá has intentado en tus propias capacidades salir adelante en algo y no pudiste, a lo mejor no tomaste en cuenta a Dios en alguna decisión y ahora estas pagando el resultado de esta. Quizá estas atado a un pecado con el que sabes que ofendes a Dios y no sabes como salir de El, quizá te enamoraste de alguien que creíste que era el indicado o indicada y no fue así, estas y otras muchas situaciones muchas veces no llevan a negar o a olvidarnos de Dios.


Pero lo que si estoy seguro y tu no me vas a dejar mentir es que después de cada una de estas y otras situaciones similares todos hemos llegado a nuestro cuarto, cerrando las puertas, arrodillándonos, con lagrimas en lo ojos y diciéndole a Papa: “perdóname por ser rebelde, perdóname por negarte, perdóname por fallarte”.


En esos momentos de intimidad espiritual Jesús se acerca a ti, y te dice: “¿Me amas?”, esta claro que ninguno de nosotros dijéramos: “No, no te amo”, pero esas palabras tocan tanto nuestro corazón que no sabemos ni que responder, puesto que si respondemos que “SI” entonces nosotros mismos nos preguntaríamos: ¿Entonces porque actué de esa forma con Dios?, pero lo que no te das cuenta es que Dios no te reprocha nada, que no el no es un acusador, sino que al contrario el es tu Salvador, es por eso que el te dice en esta hora: “Hablando contigo quiero estar, ven a mis brazos no llores mas, te he prometido nunca dejarte, habla conmigo”.


Jesús te abraza fuertemente y tu espíritu se conforta en su presencia, luego que Dios te fortalece en ese momento de intimidad, tu y yo entendemos que antes que cualquier cosa, necesitamos hablar con El, confiar en El y esperar en El.


Amigo mío, posiblemente te sientas indigno de estar delante de tu Padre, pero yo te digo una cosa: Nadie es digno de estar frente a El, pero su gracia y su misericordia son nuevas cada mañana y El te espera con los brazos abiertos, no hay de que temer, no hay porque llorar, puesto que acá esta tu Padre Celestial que quiere hablar contigo.


Si Dios me preguntara: ¿Me amas?, yo le dijera lo mismo que Pedro: “Señor, tu lo conoces todo, tu sabes que te amo”.

Satulacion

Hola Como estan:

Quien les habla su hermano en la Fe de nuestro señor Jesucristo, ha creado este blogger con el proposito de alabar y glorificar el nombre de nuestro Dios Todopoderoso que habita en las alturas de los cielos.

En realidad este blog no me pertenece a mi, sino a Dios y a sus hijos y como ustedes son hijos de Dios gracias a nuestro maestro Jesucristo, todos pueden aportar un granito de arena al igual que yo lo quiero hacer, ya que, he recivido mucho de mi Dios y decidi devolverle un poco, pero no puedo solo, pero con su ayuda si podre aportar y devolver un poco de lo regalado por Dios.

Por eso le dejare mi correo para que me puedan enviar tema que sean de edificacion para la Iglesia de Dios, pueden mandar sus testimonios que con gusto lo publicare. mi MSN es
ying.revolution@hotmail.com.



Gracias de parte de su Hermano en la Fe, !Juntos Lograremos Mas!